Gesine Held
Entrevistas
ENTREVISTA A GESINE HELD
Gesine Held es ex-profesora de Alemán de la Escuela de Turismo.
¿Cuál era su actividad en la escuela?
Impartí clases de Alemán durante 28 años desde el año 1985. Animada por Tomás Mendez, decidí sacarme el Título CEAT por lo que, mientras duró la carrera, fui profesora y alumna a la vez.
Además, fui Jefa de Estudios durante 2 años” - Me cuenta riendo - “No fue tarea fácil ya que fue como estar en medio de las necesidades de las dos partes y, al final, ninguno estaba contento.
¿Cuál era su actividad en la escuela?
Impartí clases de Alemán durante 28 años desde el año 1985. Animada por Tomás Mendez, decidí sacarme el Título CEAT por lo que, mientras duró la carrera, fui profesora y alumna a la vez.
Además, fui Jefa de Estudios durante 2 años” - Me cuenta riendo - “No fue tarea fácil ya que fue como estar en medio de las necesidades de las dos partes y, al final, ninguno estaba contento.
¿Qué elementos positivos y negativos considera más destacados de la escuela?
Para mí, si soy sincera, hay un antes y un después.
El momento del cambio fue cuando nos adherimos a la UIB. Antes, la escuela era más familiar donde destacaba la unión entre los profesores y el trato de profesor-alumno. No era una relación fría, no te era indiferente si notabas algún cambio en la actitud de algún alumno y había confianza para preguntarle, si bajaba el rendimiento, cuál era el motivo. Así también, el alumno se sentía unido e intentaba esforzarse más.
Los profesores hacían constantes reuniones para evaluar conjuntamente la evolución de los alumnos e intentar mejorar en todo lo posible. El objetivo era el alumno y su formación, que fuera adecuada y enseñándole a su vez valor humano.
Cuando la escuela pasó a ser parte de la UIB, cambió la dirección, dejaron de haber reuniones del profesorado ya que los mandos eran diferentes y la manera de actuar también.
Solíamos hacer muchas actividades con los alumnos, excursiones, viajes a FITUR, yo incluso los llevaba a Munich; de dónde soy, para enseñarles la ciudad; modo de vida de allí; comida típica… Recuerdo...”- me dice con una sonrisa en la boca - “Que existía la Queimada, una noche en la que nos juntábamos profesores y alumnos para celebrar los estudios, era una noche muy especial...”
“Recuerdo también…” - narra entusiasmada - “Las clases de Geografía de Turismo con Ramón; mediante diapositivas (en aquella época no existía Internet) nos hacía viajar y conocer mundo. Nos contaba y enseñaba de una manera muy amena e instructiva, qué debíamos de aprender de ellos en materia de Turismo. Con él, viajamos por muchos países conociendo costumbres, gastronomía, patrimonio, etc.
Otra asignatura que me parece una pena que la hayan quitado del programa era Historia del Arte, con ella, aprendimos mucho de cultura general. Nos ayudó a conocer los monumentos e infraestructuras que tienen las culturas.
¿Qué le motivó a formar parte de la escuela?
Mi profesión es totalmente vocacional y me gusta el trabajo que desempeño, pero, principalmente su ambiente familiar, los lazos que teníamos como he dicho anteriormente
¿Podría contarnos alguna anécdota destacada?
Algunas cuantas tengo para contar” - me dice melancólica - “Pero que más recuerde, una con Ernesto Fajarnés. Yo, antes, era mucho más recta y seria. Él, cuando me vio me dijo: ‘venga conmigo, vamos a tomar algo’- y me dice: ‘Mire usted, (porque él hablaba de usted) yo, el primer día de clase, les digo a mis alumnos; están ustedes todos aprobados, ahora, pongámonos a trabajar'. Seguimos hablando del tema con otra bebida, que al final me invitó a dos.
Desde luego, si no trabajaban, no pasaban, pero me enseñó que en la escuela se iba a aprender y no a sacar un examen con nota de un día. Me ayudó a canalizar mejor el arte de educar. Enseñábamos, además de materia, Filosofía del cliente, Humanidad, y todo lo relacionado con el día a día con el que el alumno cuando trabajara debía de enfrentarse.
También, otra anécdota, fue cuando se hacían los exámenes con la supervisión de Madrid. Se examinaban los alumnos en la escuela bajo el control de profesores de la capital para revisar que no hubiera trampas, los exámenes se corregían en Madrid junto con dos profesores de la escuela, y para los orales de los idiomas venía una profesora a examinarlos. A esta profesora sabíamos que le iba la marcha “- me cuenta con aire confesor y divertido a la vez” venía para dos días y el día del examen siempre acababa haciéndolo con gafas de sol. Luego los exámenes pasaron a hacerse en Palma de Mallorca y viajábamos con los alumnos hasta allí, un motivo más para estar juntos de viaje.
¿Considera útil su paso por la escuela?
Sí, puedo afirmar que los idiomas han resultado uno de los factores más importantes para los alumnos y que más les ha servido cuando han dejado la escuela. Además, con orgullo puedo contar que en la época de Madrid, mis alumnos eran los que mejores calificaciones tenían de España en Alemán.
¿Qué le ha aportado personalmente la experiencia?
Todo; humanidad. Amigos que he hecho para toda la vida, tanto alumnos como profesores. Especialmente mi actual mejor amiga que hice en uno de los viajes a Palma, profesora de alemán en la UIB de allí. Desgraciadamente, he tenido que dejar la escuela. Con los recortes que ha habido, he visto reducidos en un 60% los créditos que tenía, y con ello, mi sueldo. Al parecer, los idiomas son cada vez menos importantes en la carrera.
¿Encontró complicado sacarse la carrera?
No demasiado, aunque fue un gran esfuerzo. Algunas asignaturas las tuve que preparar por cuenta propia por falta de tiempo. A las asignaturas de Historia del Arte y Geografía del Turismo acudí por puro placer.
¿Sigue teniendo contacto con algunos alumnos?
Afortunadamente sí, además, he visto como algunos han evolucionado en el mundo laboral, a mandos intermedios, en algunos casos Directores...
¿Qué cree usted que falta en la Universidad? ¿Qué cree que debería mejorar?
En primer lugar, adaptar las asignaturas más a la realidad. Se supone que te preparan para altos cargos pero no facilitan las herramientas necesarias para ello. Se deberían aprovechar mejor las prácticas que deben hacer los alumnos y no reducirlas a solamente recepción. También, considero que los idiomas son un punto fuerte para los estudios de Turismo, no entiendo como reducen su enseñanza cuando es lo que más utilizan cuando se enfrentan al mundo laboral.
En Palma, se ofrece al alumno el Servei Llingüistic que, aunque los alumnos pagan alrededor de 200 euros por los seis meses, cuando llegan a tercero no se empieza desde cero logrando que el alumno salga con un buen nivel. Doy clases privadas de repaso a alumnos y puedo ver el nivel que tienen que es mucho más bajo que antes.